La reforma de la Ley de Universidades debería constituir una oportunidad para apalancar una educación de calidad en el país, fortaleciendo a las instituciones de educación superior en beneficio de garantizar la excelencia del capital humano que de ella egresa.
Una reforma de este calibre debería constituir una oportunidad para favorecer la modernización, globalización y la apertura de nuestras casas de estudio a nuevas realidades como: la conformación de programas de titulación conjunta o doble con universidades asiáticas, europeas y norteamericanas de las cuales sin duda podemos aprender tanto, así como la conformación de programas de intercambio de estudiantes de pregrado en el extranjero, como elemento cuasi taxativo en los pensum de estudios, que pudieran disponer de subvenciones o apoyos financieros del Estado a nivel del pregrado.
Estas prácticas posibilitarían verdaderos procesos de transferencia, asimilación, intercambio, aprendizaje, apropiación y generación de conocimientos, de experiencias interculturales y mejores prácticas que sin duda pudieran hacer la diferencia y enrutarnos por la senda del desarrollo, como lo han hecho diversidad de países de la llamada economía emergente como Singapur, Finlandia, India, Noruega y un largo etc. donde el disparador ha sido reformas implementadas en sus sistemas de educación, de ciencia y tecnología; favoreciendo la atracción e integración de los mejores programas educativos internacionales en sus países y de valoración de sus docentes y profesores como agentes determinantes para el salto cuántico.
Lógicamente ello requiere de la concertación de una visión de país de largo plazo con un horizonte claro y metas concretas orientadas a incrementar los niveles de calidad de nuestra educación, vía políticas públicas que favorezcan y propicien el intercambio educativo y la conformación de programas formativos conjuntos a universidades clase mundiales, la mejor dotación de la infraestructura de nuestras casas de estudio, entre un largo etc.
Para ello es imperativo en nuestro país la resolución de temas verdaderamente vergonzosos - como lo son las deudas acumuladas en el pago de profesores -sobre todo con un ingreso petrolero tan cuantioso como el de los últimos años-, el mejoramiento significativo de sus esquemas salariales y status, asignándole el peso específico que dicha labor tiene para una sociedad que entiende la valía de esta labor para su desarrollo y de presupuestos holgados en nuestras casas de estudios para su óptimo funcionamiento y no la continua presencia de presupuestos deficitarios, que merman la capacidad, operatividad y la calidad de nuestro sistema educativo universitario.
Replantearnos el sistema educativo superior sobre una visión de futuro y esquema progresista, si es una misión revolucionaria, que incluso transciende aguas abajo en el esquema de formación de la básica (primer nivel y segundo nivel); replantearnos la exigencia del idioma ingles desde los primeros años de formación y la existencia de cátedras bilingües, son entre otros elementos, la discusión de fondo que en lo personal espero se den en una reforma de nuestra ley de universidades.
No obstante llama la atención que estas exigencias o deseos no son las que escuchamos ni por asomo en estudiantes, ni en profesores en un país cuya polarización política parece haber arrasado la visión de futuro y de largo plazo, donde los temas centrales de la discusión parecen ser los mismos, los administrativos, presupuestarios, sistema de elección de autoridades rectorales y de rendición de cuentas, todos temas importantes, pero descuidando una vez más el centro del asunto que es la calidad de la educación y cómo debemos hacer (estrategia integral de largo plazo) para que nuestros profesionales estén a la par de los egresados de universidades clase mundiales.
Una discusión de la reforma de la ley de Universidades , de igual forma no debe perder de vista la instrumentación de mecanismos y políticas públicas que propicien y estimulen una mayor vinculación con el sector productivo y promover procesos de investigación que deriven en patentes de interés industrial, que transciendan la invención y que efectivamente puedan derivar en procesos de emprendimiento empresarial exitosos y de innovación; estos son algunos elementos que en lo personal aspiro constituyan el centro de una discusión seria, responsable, necesaria y con visión de futuro de tan importante instrumento, caso contrario en mi opinión pudieramos estar ante otro oportunidad perdida país.
1 comentario:
La importancia de tener una vision integral del problema y la solucion, del caso universitario, pasa por la apertura y el trabajo en equipo, esto seguro que aportes como estos, son parte de la solucion y no del problema, exitos
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