En un mundo tan dinámico y cambiante, donde un mismo hecho revierte múltiples interpretaciones, miradas y visiones, soportadas casi siempre en el "background" y los sentimientos que nos acompañan, yo aquí plasmo las mías entre líneas, entendiendo que pudieran encontrar un sentido más allá del propio. En todo caso no es otra cosa que una mirada más... entre líneas.


sábado, 24 de septiembre de 2011

Una mirada más… de aniversario – Una nota personal


Hace un año di inicio a este blog con un nombre simple pero esclarecedor:  Una Mirada más… que en nada pretende ser concluyente, apenas refleja una mirada más, la mía, con mis percepciones, preocupaciones,  reflexiones, contradicciones y propuestas. 

Inicialmente constituyó una ciberventada  para compartir mi punto de vista sobre el movido y poco reflexivo acontecer nacional, pero poco a poco e irremediablemente se fue decantando y especializando sobre un mismo tópico la Innovación y sus inseparables acompañantes ciencia, tecnología y desarrollo productivo, mis áreas de trabajo y de interés profesional.

Lo cierto es que progresivamente y dependiendo de las actividades o inquietudes que me han ocupado por espacio de este año, en ocasiones el proceso de sistematización de estas líneas me han permitido aclarar y ordenar ideas permitiendo la retroalimentación en áreas de trabajo, en otras he procurado simplemente sistematizar y  procurar en algo transferir conocimientos e ideas sobre estos tópicos, en otras simplemente expresarme y compartir miradas con los lectores y seguidores de este blog en el entendido que pudieran encontrar un sentido más allá del propio. 

Cosa de la que estoy en este momento segura de haber conseguido al motivar y motorizar en algo ideas, acciones y propuestas en terceros que no se preocupaban por estos tópicos o de hacerlo lo hacían bajo otra óptica que hoy día espero éste aunque sea mínimamente influida, enriquecida o  contrastada por la mía, aunque así no lo reconozcan.

Por ello hoy estoy infinitamente agradecida y alagada por las visitas, consultas o lecturas a las 16 entradas que representan el balance de este primer año,  más teniendo en cuenta que es un blog que no se alimenta de publicación de noticias diarias o de artículos de terceros, por ello mil gracias a todos los lectores que gustan de estos temas que aquí se expresan entre líneas.

domingo, 18 de septiembre de 2011

La importancia de la articulación de actores y sectores para la innovación


La revisión de tendencias mundiales y mejores prácticas en gestión de la innovación, evidencia tres pilares básicos hacia donde las economías desarrolladas y emergentes direccionan sus esfuerzos: el primero el capital humano; el segundo la ciencia y tecnología y el tercero la innovación empresarial y el emprendimiento. Por ello la mayor parte de los esfuerzos en países desarrollados, estan soportados en procesos de articulación y trabajo conjunto entre el sector empresarial, las universidades, centros de I&D, Ong´s y el Estado; expresados en la conformación de: a) Consorcios Tecnológicos, b) Programas de Emprendimiento socio-productivo e incubación de nuevas empresas de base tecnológica, c) Misiones de Innovación Empresarial, d) Creación de anillos de investigación en ciencias y tecnología, e) Programas de gestión tecnológica y de la innovación, f) Creación de Cátedras de Emprendedores en todas las carreras y Universidades;  g) Implementación de concursos de fomento al patentamiento y su aplicación, g) Programas Internacionales de colaboración, h) Apoyo a la innovación social: en temas del medio ambiente, la tercera edad, el empleo, la pobreza, salud, i) Programas de actualización profesional y formación del capital humano, etc.

Hoy día esta más que sobreetendido que la innovación y con ella la mejora en la calidad de vida que esta ofrezca según el área en la que se enmarque;  no será el resultado de un empresario solo que lidere todos los roles en las funciones de producción, calidad, mercadeo, administración o ventas en su empresa; o de un investigador solo en su laboratorio, o de un Estado que unilateralmente elabore leyes y decretos sin promover, estimular y articular capacidades sectoriales e  intersectoriales de un país para ello. No obstante lo que es obvio, no siempre es entendido cuando la visión predominante en una sociedad es la de defender espacios y roles que imposibilitan el trabajo articulado, para lo cual es menester el reconocimiento de las capacidades del otro y el reconocimiento de la complementaridad que éste aporta a tus capacidades.

En este sentido me referiré para acotar, a la primera de ellas los consorcios tecnológicos. En el caso de los consorcios tecnológicos constituyen procesos de integración, articulación, complementariedad de recursos, aptitudes y capacidades entre empresas, universidades, centros de I&D, asociaciones, fundaciones y especialistas para generar investigación científica y tecnológica de vanguardia en conjunto con su aplicación simultánea y directa en la industria, o bien para acometer procesos de ingeniería de reversa, diseño y desarrollo, etc. Los Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación e Innovación posibilitan  ampliar el desarrollo productivo y económico de un país uniendo a diversos actores de una misma cadena productiva, sin que estos pierdan su independencia, persiguiendo fines comunes. Entendiendo que ellos permiten acuerdos que posibilitan concretar inversiones y llevar a cabo obras que, por separado, ninguna de las partes podrían ejecutar.

Lograr que empresas, universidades, fundaciones y centros tecnológicos formen alianzas para promover nuevos productos, patentar nuevos descubrimientos y la comercialización de los mismos, apalancadas en la generación de conocimiento en vías de mejorar la competitividad de un país, constituye el elemento diferenciador que ha posibilitado el desarrollo en diversas economías emergentes. Lógicamente ello implica la instrumentación de  reglas claras, donde todas las partes ganen y no la defensa de espacios que imposibilita el trabajo articulado.

Implica la disposición de un grupo de empresas claves en una o varias cadenas productivas estratégicas a permitir y retroalimentar investigaciones aplicadas, así como la adopción, transferencia, comercialización y difusión de los resultados, además de permitir la formación e inserción de capital humano en cada una de sus áreas específicas, además de la participación de su capital humano en giras tecnológicas, workshop, etc, en lugar del rechazo por considerarlo una pérdida de tiempo o de recursos.

Y por otro lado la disposición de investigadores, académicos y especialistas a orientar su trabajo a  dar respuestas a  problemas de la industria con una visión país y de aplicación, y no solo como ejercicio intelectual que cierra con la preocupación entorno a en que revista nacional o internacional publicar y a que congreso internacional asistir subvencionado.  Finalmente demanda de un Estado que este dispuesto a crear las condiciones país para promover procesos de articulación de capacidades y de estimulo a la innovación; en lugar de promover divisiones, defensa de espacios y exclusión entre sectores, que difícilmente posibiliten la innovación y el desarrollo.


viernes, 29 de julio de 2011

El reto país: Edificar una Sociedad del Conocimiento y de la Innovación.


Las sociedades contemporáneas nos enfrentamos al reto de proyectarnos y adaptarnos a un proceso de cambio permanente que viene avanzando muy rápidamente hacia la construcción de Sociedades del Conocimiento, muy dinamizado por la informatización, las comunicaciones y por las nuevas tendencias en la generación, difusión y utilización del conocimiento. Lo que  está demandando la revisión y adecuación de muchas de las instituciones, empresas y organizaciones sociales, además de la creación de otras nuevas con capacidad para asumir y orientar el cambio.

La discusión moderna sobre la sociedad del conocimiento pasa  por el reconocimiento de que en la actualidad estamos a medio camino (refiriéndonos a Venezuela), es decir estamos en la sociedad de la información, pero en líneas generales todavía no en la del conocimiento (al menos no de forma generalizada, homogénea o incluyente) y en menor medida en la sociedad de la innovación. Es decir la  información abunda por todas partes, y en cierta forma estamos a diario expuestos y saturados por cúmulos de información de todo tipo y calibre, pero solo cuando elevemos la capacidad ciudadana para filtrar la información, sistematizarla, procesarla, interpretarla, interrelacionarla y aplicarla o usarla con suficiente criterio para transformarla en verdadero conocimiento útil, estaremos ante una verdadera sociedad del conocimiento y la innovación.

El conocimiento es en sí el resultado de la capacidad humana de análisis y comprensión de la información obtenida, lo que aunado a nuestra a experiencias previas, procesos de aprendizaje formales e informales, procesos de socialización, y de inter relacionamiento con otras visiones y enfoques lo propicia. El conocimiento se construye a partir de redes de ideas y conceptos, el aislamiento del mismo implica su pérdida de vigencia y obsolescencia, en parte porque su ciclo de vida es cada vez más corto, por ello su permanencia y actualización exige el relacionamiento, asociación y el establecimiento de vínculos que le complementen.


La información no es más que un instrumento del conocimiento, pero no es el conocimiento en sí. Lo que tampoco quiere decir que el exceso de información sea una fuente de mayor conocimiento. Muy al contrario mientras existan millones de ciudadanos a quienes no significan nada los cuantiosos datos y otras formas de información almacenadas y transmitidas por diversidad de medios, a causa, de carecer de la más elemental educación que le posibilite la capacidad de interpretar, analizar, interrelacionar y en consecuencia actuar, no podrá hablarse con seriedad de una sociedad del conocimiento y de la innovación. Pues en definitiva una cosa es saber y otra conocer.

Una Sociedad del Conocimiento y de la innovación es por tanto aquella en la que sus ciudadanos están en capacidad de identificar, generar, apropiar, difundir  y utilizar la información para crear y aplicar conocimientos  a fin de atender las necesidades de su desarrollo de manera creativa, innovadora y emprendedora y así construir su propio futuro, sobre bases plurales, incluyentes y participativas.

O dicho de forma práctica una sociedad del conocimiento es aquella en la que sus ciudadanos informados están en capacidad de conocer y ejercer responsablemente sus derechos y cumplir a cabalidad con sus deberes, pero además en la que sus ciudadanos conocen y desarrollan sus potenciales y capacidades para la toma de decisiones del día a día de forma autónoma, informada y creativa, ciudadanos capaces de desarrollar sus ideas, aliarse para llevarla a feliz término y emprender iniciativas sustentables, ciudadanos capaces de administrar y usar los recursos públicos y transformarlos en rentabilidad social y económica y no política. 

Ciudadanos con capacidad para exigir a sus gobernantes políticas públicas coherentes e incluyentes y sumarse voluntariamente a iniciativas en pro de ello, ciudadanos que conocen su historia como país, que estén en capacidad emprender nuevas formas de organización y respetar los distintos puntos de vista, ciudadanos con capacidad de comprender como funciona su principal industria o actividad productiva, ciudadanos esforzados  en hacer las mismas cosas de otra manera más creativa, ciudadanos con capacidad y autonomia para resolver problemas sin esperar que otro lo haga por él, ciudadanos solidarios pero a la vez competitivos, ciudadanos con capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, ciudadanos con capacidad para soñar y planificar un futuro y trabajar articuladamente para alcanzarlo; generando y usando el conocimiento para actuar. 

De forma tal, la sociedad del conocimiento pasa por el reconocimiento de al menos cuatro características principales:
  1. La conversión del conocimiento en factor crítico para el desarrollo productivo, humano, cultura, social y político.
  2. El fortalecimiento de los procesos de Aprendizaje Social como medio para asegurar la apropiación social del conocimiento y su transformación en resultados útiles, en donde la Educación de "calidad" juega el papel central y estelar.
  3. La ciencia y tecnología integrada al desarrollo social, industrial, económico y cultural a fin de elevar el saber popular, cotidiano y empírico  por un conocimiento, más racional, crítico, reflexivo, científico y emprendedor (tanto cognitivo como instrumental)
  4. La conformación de nuevos mapas mentales en remplazo de prenociones simplistas sembradas en el imaginario colectivo y  reforzados por el estimulo de antivalores, tales como ser rico es malo, ser un país próspero es vivir de la renta petrolera, el éxito depende de la picardia y viveza con que te manejes, el modelo de mujer ideal es la Miss Venezuela, entre otros tantos.
El reto por tanto para nuestro país, es el edificar una Sociedad del Conocimiento y de la innovación, incluyente, colaborativa y solidaria, que posibilite replantearnos el propio concepto de desarrollo de cara al futuro posible y deseado, desde el presente y que el mismo parta de la valorización de nuestra gente, nuestro “capital humano”, nuestra creatividad y que promueva el relacionamiento, el trabajo articulado y una cultura del aprendizaje sistemico, que nos conduzca a una verdadera sociedad del conocimiento y de la innovación.
 

jueves, 2 de junio de 2011

Importancia de la investigación tecnológica


Si bien la Reforma de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI) y en particular la definición de áreas prioritarias en este tema, parecen plantearle importantes desafíos al sector productivo analizados en detalle el artículo anterior de este blog, las cuales enmarque en un esquema amplio de responsabilidad social; dicha Reforma plantea de igual forma  a los emprendedores, así como a las universidades, centros de investigación y desarrollo, investigadores, profesionales, demás actores y a las propias empresas el reto de la investigación tecnológica, (además de la científica). En este artículo me referiré preferencialmente a la investigación tecnológica, tal vez por deformación profesional, y por su importancia en las ciencias sociales y por sentir además la imperiosa necesidad de reivindicar este tipo de investigación, muchas veces cuestionada desde los propios espacios de investigación al cuestionar o menospreciar su rigurosidad frente a la investigación científica.

De manera resumida el investigar es un proceso de búsqueda y generación de conocimiento planificado, consciente, racional y crítico. Y la investigación tecnológica, en particular tiene como fin obtener un conocimiento para su aplicación y con ello lograr modificar o transformar la realidad en estudio y generar una solución a un problema. Trata de ir de las ideas a la acción, ya que se concibe como investigación- acción para generar bienes o servicios, intervenir y promover cambios y facilitar la vida del hombre. Persigue un conocimiento práctico, que sea más un conjunto de instrucciones a seguir para transformar el objeto, que explicaciones teóricas respecto a las cualidades del mismo.

La investigación tecnológica logra determinar un saber hacer técnico que recibe el nombre de “Know how”. Este saber hacer normalmente es un recurso rentable que deriva en beneficios económicos, por ello se protege bajo cláusulas de confidencialidad cuando responde a requerimientos explicitados o se protege vía patente (situación casi dudosa en la Reforma LOCTI, dada la condicionante de utilidad social y sin fines de lucro que dicha Ley establece, devolviendo las labores de CTI a un carácter altruista que desde mi punto de vista es contrario a tendencias mundiales, además de contraproducente al restringir la actividad a una visión superada en la LOCTI que la precedió). Por ello la investigación tecnológica normalmente está ligada a un campo de aplicación en particular, y se caracteriza por un lenguaje propio, especializado, utilitario y por su caracter multidisciplinario.

De esta forma la investigación tecnológica es un quehacer instrumental además de cognoscitivo; en contraposición a la investigación científica cuyo objeto en esencia es cognoscitivo.

Un problema en una investigación tecnológica posee un carácter práctico y concreto, señala un obstáculo o una necesidad que intenta modificar, en contraposición a una preocupación conceptual y explicativa, en donde la labor se desarrolla más en el plano fundamentalmente teórico. La investigación tecnológica rigurosa incorpora y se soporta en un basamento teórico, no agotándose ahí, ya que su objeto es transformar la realidad que estudia, mediante la acción.

Transformar es el proceso mediante el cual se interviene en una realidad particular para modificar el estado de las cosas o las circunstancias, hasta alcanzar el estado deseado, en dicho proceso se establecen al menos cuatro momentos significativos:  1. Lectura de la realidad, 2. Inferencia respecto de la forma en que ha de procederse para lograr cambiar la realidad, 3. Ejecución de acciones concretas para cambiar la realidad y 4. Apreciación de las nuevas condiciones presentes.

De esta forma investigar y transformar son dos extremos de un proceso continuo, en el que el primero se propone conocer el objeto y el segundo modificarlo. Se efectúan ambas tareas o una sola. 

La investigación científica se ubica casi por excelencia en extremo  correspondiente a la acción de indagar, dado que se determina como el proceso que se propone conocer y explicar de forma objetiva y suficiente el objeto en estudio, aún cuando es creciente el numero de investigaciones científicas que cierran el ciclo en un continuo que desemboca en el desarrollo tecnológico. La investigación tecnológica, no se ubica en el extremo opuesto, es un proceso que comprende ambas acciones, aunque con énfasis en la transformación o intervención, llegando incluso al desarrollo.

El proceso de investigación tecnológica implica un sistema complejo en el que se involucran al menos tres componentes: el teórico, el experimental y el práctico. Así un investigador apoyado en lo teórico, experimenta con la realidad para determinar los métodos adecuados para modificar la realidad.

La investigación tecnológica integra igualmente en su quehacer la lógica de la invención, el diseño y la innovación. Su carácter es más creativo que cognoscitivo, más ingenieril y menos descriptivo, explicativo y cientificista. Eso sí, sin implicar soluciones empíricas o improvisadas, o peor aún sin pretender dejar todo al ingenio. Necesariamente la investigación tecnológica debe incorporar y considerar el conocimiento científico y tecnológico pre existente en un trabajo investigativo  y de documentación exhaustivo y conectarlos con cualquier otro tipo de información técnica disponible. 

La interpretación de la realidad que se estudia y sus circunstancias se efectúan a partir de la información teórica disponible de ahí se deduce lo que debe hacerse y se prueba experimentalmente. Si lo probado resulta efectivo, se determina el procedimiento práctico a implementar. Posteriormente se optimiza o normaliza y se documenta para replica y masificación del conocimiento, aplicación o solución. De no ocurrir lo deseado se regresa al estudio de la situación y se continúa con la secuencia que no es necesariamente lineal.

Las etapas de una investigación tecnológica –bajo un enfoque didáctico-   son en esencia: la observación, la determinación del problema, la documentación, la reflexión y el análisis permanente, la elaboración e implementación de un plan de acción- intervención-  la valoración del proyecto y su ejecución, la comunicación de avances, la implementación, el seguimiento de acciones versus tiempo y planificación y la evaluación, bajo una sola noción: la búsqueda de un saber útil y aplicable, no un conocimiento universal y cierto.

Si bien la academia es por excelencia el ámbito en el cual se ha desarrollado la investigación científica, también aunque en menor cuantía es el espacio donde la investigación tecnológica ha proliferado de forma significativa en el país, a pesar del cuestionamiento de algunas voces  internas, además de las externas que desconocen su rigurosidad frente a la investigación científica. De igual forma centros de I+D fuertemente orientados a la investigación tecnológica han hecho su contribución y en estos últimos años de aplicación de la LOCTI 2005, hasta algunas  empresas han buscado formas de dar respuestas a problemas tecnológicos asociados a la optimización de sus procesos de producción, sustitución de materias primas, mejoras gerenciales y tecnológicas soportadas en ella.

La investigación tecnológica requiere de un productor, un creador, un innovador, un emprendedor, un inventor, un hacedor, un hombre que más que explicar la realidad anhele contribuir a la construcción de un nuevo y mejor entorno y que cuente con las herramientas y la preparación  para hacerlo. Por  ello la actitud de un líder en una investigación tecnológica es proactiva en busca de la transformación del objeto de estudio y parte de la no aceptación del estado en que se encuentra el problema de estudio. Es un estudioso que descubre, innova, aplica y desarrolla.

Lástima que el reto tenga tantos aderezos políticos y tanta carga burocrática que amenaza con hacerlo polvo.

martes, 10 de mayo de 2011

De la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación y de la Responsabilidad Social Empresarial


Partiendo del hecho que hoy día una empresa sostenible es la que combina el desarrollo de su actividad empresarial de forma exitosa y rentable con el progreso económico de las comunidades donde está presente, teniendo en cuenta el impacto de su actividad en la sociedad y en el medio ambiente. La reforma de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación y en particular la definición de áreas prioritarias en este tema, parecen plantearle el desafío a las empresas cuyos ingresos brutos anuales sean superiores a las cien mil unidades tributarias y que deseen recuperar su aporte LOCTI, el incursionar, abonar o profundizar según sea el caso, en una cultura corporativa sustentable o socialmente responsable soportada en actividades de ciencia, tecnología e innovación.


Entendiendo el hecho que cualquier empresa en su quehacer diario actúa y toma decisiones que inciden, afectan, o impactan directa o indirectamente, positiva o negativamente  los intereses o expectativas de los diferentes grupos de interés con los que interactúa, sean estos sus clientes, empleados, proveedores, propietarios o accionistas y su entorno (sociedad, comunidades, universidades, medio ambiente, etc.); las mejores prácticas empresariales en materia de sostenibilidad corporativa apuntan a la necesidad de reconocer  e incorporar en la gestión diaria, las expectativas de estos grupos de interés, mediante un diálogo productivo conducente a gestionar la responsabilidad social de aquellas expectativas consideradas legítimas de los grupos de interés que la empresa ha de asumir como propios y a los que dará respuestas.

Para la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) la dimensión ética de la empresa, deviene en una ética de la responsabilidad frente a los diferentes grupos de interés y sus expectativas. De igual forma refiere la necesidad de “rendir cuentas a los grupos de interés, dada la creciente obligación  de ser más transparentes en la información que ofrecen a la sociedad en relación con sus prácticas y formas de gestionarse –muy a pesar de que los gobiernos no procedan de la misma forma-. 

De ahí la importancia para las empresas de comunicar de forma efectiva los criterios, compromisos y actividades que en materia de Responsabilidad Social Corporativa, en su triple dimensión: económico- financiera, social y medioambiental ejecutan para dar respuesta a los grupos de interés y sus expectativas. En la actualidad existen algunos estándares internacionalmente aceptados para hacer efectiva esta rendición de cuentas tanto internamente en la organización, como externamente, mediante memorias, informes o balances anuales públicos de sustentabilidad, los cuales por demás pueden ser enmarcados como un componente de cierre o de rendición de cuentan en los proyectos LOCTI. 

En la medida que una empresa ejecute y comunique las acciones en el marco de su compromiso de sostenibilidad hacia sus trabajadores, proveedores, clientes, universidades, comunidades, estará reforzando la integración de criterios éticos, sociales y medioambientales en su modelo de negocio, además de la visión de largo plazo en el desarrollo de sus actividades y relaciones estables y duraderas con sus grupos de interés, sobre todo en el actual contexto de conflictividad promovida, así como contar con un mejor gobierno corporativo capaz de anticiparse a los retos del entorno cambiante, y reforzar su voluntad de identificar y dialogar con sus principales grupos de interés para, de esta manera, entender sus expectativas y responder a ellas, beneficiando además su imagen corporativa.

Así entonces, de acuerdo a las mejores prácticas clase mundiales, una empresa socialmente responsable es aquella que lleva adelante un negocio rentable e innovador teniendo en cuenta todos los efectos ambientales, sociales y económicos –positivos y negativos- que genera en la sociedad.

 Las formas como una empresa puede aproximarse a la RSE no responden a un esquema o modelo único, estás  pueden estar vinculada directamente con el conocimiento del negocio medular que la empresa sabe hacer, donde se siente especialmente competente, en las áreas en las que tiene aspiración de transferir conocimientos a la sociedad, o a sus proveedores, empleados, clientes, etc. o bien vía negocios incluyentes. 

Otro enfoque que puede asumir es el  soportado en la decisión de apoyar financieramente la generación, transferencia y aplicación del conocimiento por terceros (sean estos Universidades, centros de I+D, Ong`s, asociaciones civiles, fundaciones y hasta particulares) que en caso concreto de su vinculación con la LOCTI, vía  proyectos de CTI que demuestren la capacidad en generar beneficios positivos al entorno o comunidad en la cual está inmersa la empresa y que contribuyan con el avance científico y tecnológico, o bien en sus procesos de gestión tecnológica considerando la variable ambiental, la energética, la competitividad, la productividad, o por el contrario en procesos de formación, emprendimiento, etc. 

Una tercera opción entre otras deriva de la formulación de proyectos donde la empresa articula diversidad de actores o instituciones y en conjunto formulan ese plan orientado a dar respuesta a determinada problemática en la que impactarán positivamente alguna o varios de las expectativas de sus grupos de interés.

De esta forma la responsabilidad social empresarial no responde a un modelo único, dado que la misma se sustenta en la libertad a la hora de tomar las decisiones de  acción, y por otro lado, a la noción de empresa plural.  Especial énfasis merece la comprensión de este punto ya que la reforma de la LOCTI si bien representa retos y desafíos al sector productivo en materia de RSE o de sostenibilidad, los cuales pudiéramos considerar como oportunidades para legitimar socialmente el rol de la actividad empresarial; también revierte amenazas en la instrumentación de acciones más decididas de parte de nuestro aparato productivo para promover la sustentabilidad de su acción en el entorno en la que está inserta.

Esta amenaza radica en el hecho que la inversión social para implementar cualquiera de las modalidades referidas anteriormente, debe ser entregada como aporte al “Ente regulador”, siendo éste, él que decide a su discrecionalidad y parecer a quién, cómo y cuándo entregársela, con todos los vicios que ello puede acarrear. Lo que en mucho puede diluir, confundir y sustraer el compromiso y la acción de la empresa para con sus grupos de interés, en la acción del Estado para con estos, pero con los recursos del primero.  Generando una significativa distorsión de las cosas y un esquema único donde se pudiera frenar y deslegitimizar más el papel y la importancia del aparato productivo nacional en el desarrollo sustentable e integral del país. Además de limitarse la posibilidad de reinversión de los aportes en la gestión de la innovación de productos, procesos, tecnologías de la propia empresa que den respuesta a sus clientes, trabajadores, proveedores, propietarios y a la propia sociedad; por proyectos de impacto social más directos.

Con estas amenazas tocará lidiar y procurar que el equilibrio y la libertad de acción predominen a pesar de lo restrictivas que luzcan las áreas prioritarias y algunas condiciones. Toca centrtarse en las oportunidades.

martes, 15 de marzo de 2011

La Reforma de la Ley de Universidades: ¿Oportunidad u otro tren perdido?


La reforma de la Ley de Universidades debería constituir una oportunidad para apalancar una educación de calidad en el país, fortaleciendo a las instituciones de educación superior en beneficio de garantizar la excelencia del capital humano que de ella egresa.

Una reforma de este calibre debería constituir una oportunidad para favorecer la modernización, globalización y la apertura de nuestras casas de estudio a nuevas realidades como: la conformación de programas de titulación conjunta o doble con universidades asiáticas, europeas y norteamericanas de las cuales sin duda podemos aprender tanto, así como la conformación de programas de intercambio de estudiantes de pregrado en el extranjero, como elemento cuasi taxativo en los pensum de estudios, que pudieran disponer de subvenciones o apoyos financieros del Estado a nivel del pregrado.

Estas prácticas posibilitarían verdaderos procesos de transferencia, asimilación, intercambio, aprendizaje, apropiación y generación de conocimientos, de experiencias interculturales y mejores prácticas que sin duda pudieran hacer la diferencia y enrutarnos por la senda del desarrollo, como lo han hecho diversidad de países de la llamada economía emergente como Singapur, Finlandia, India, Noruega y un largo etc. donde el disparador ha sido reformas implementadas en sus sistemas de educación, de ciencia y tecnología; favoreciendo la atracción e integración de los mejores programas educativos internacionales en sus países y de valoración de sus docentes y profesores como agentes determinantes para el salto cuántico. 

Lógicamente ello requiere de la concertación de una visión de país de largo plazo con un horizonte claro y metas concretas orientadas a incrementar los niveles de calidad de nuestra educación, vía políticas públicas que favorezcan y propicien el intercambio educativo y la conformación de programas formativos  conjuntos a universidades clase mundiales, la mejor dotación de la infraestructura de nuestras casas de estudio, entre un largo etc.

Para ello es imperativo en nuestro país la resolución de temas verdaderamente vergonzosos - como lo son las deudas acumuladas en el pago de profesores -sobre todo con un  ingreso petrolero tan cuantioso como el de los últimos años-, el mejoramiento significativo de sus esquemas salariales y status, asignándole el peso específico que dicha labor tiene para una sociedad que entiende la valía de esta labor para su desarrollo  y de  presupuestos holgados en nuestras casas de estudios para  su óptimo funcionamiento y no la continua presencia de presupuestos deficitarios, que merman la capacidad, operatividad y la calidad de nuestro sistema educativo universitario.

Replantearnos el sistema educativo superior sobre una visión de futuro y esquema progresista, si es una misión revolucionaria, que incluso  transciende  aguas abajo en el esquema de formación de la básica (primer nivel y segundo nivel); replantearnos la exigencia del idioma ingles desde los primeros años de formación y la existencia de cátedras bilingües, son entre otros elementos, la discusión de fondo que en lo personal espero se den en una reforma de nuestra ley de universidades.

No obstante llama la atención que estas exigencias o deseos no son las que escuchamos ni por asomo  en estudiantes, ni en profesores en un país cuya polarización política parece haber arrasado la visión de futuro y de largo plazo, donde los temas centrales de la discusión parecen ser los mismos, los administrativos, presupuestarios, sistema de elección de autoridades rectorales  y de rendición de cuentas, todos temas importantes, pero descuidando una vez más el centro del asunto que es  la calidad de la educación y cómo debemos hacer   (estrategia integral de largo plazo) para  que nuestros profesionales  estén a la par de los egresados de  universidades clase mundiales. 

Una discusión de la reforma de la ley de Universidades , de igual forma no debe perder de vista la instrumentación de mecanismos y políticas públicas que propicien y estimulen una mayor vinculación con el sector productivo y promover procesos de investigación que deriven en patentes de interés industrial, que transciendan la invención y  que  efectivamente puedan derivar en procesos de emprendimiento empresarial exitosos y de innovación; estos son algunos  elementos que en lo personal aspiro constituyan el centro de una discusión seria, responsable, necesaria y con visión de futuro de tan importante instrumento, caso contrario en mi opinión pudieramos estar ante otro oportunidad perdida país.

lunes, 21 de febrero de 2011

LOCTI: ¿Seguimos hablando de CTI o solo de investigación?


El progreso y desarrollo de una sociedad está indisolublemente ligado al avance del que hacer científico, tecnológico y de innovación de un país. Por ello es imprescindible que este que hacer no se politice, uniforme, coarte, ni limite. Muy al contrario por las características de sus bienes y servicios soportados en el conocimiento y su gestión, demandan la conformación de una masa crítica capaz de sistematizar, documentar, investigar, cuestionar, proponer,  generar, instrumentar y masificar conocimiento, aplicaciones y soluciones que agreguen valor bajo un criterio básico de autonomía e independencia de criterio ajenos a vaivenes políticos, económicos, religiosos o dogmaticos, que en ocasiones intentan alcanzarle y enajenarle en dinámicas que no le son, ni deben resultarle jamás como propias.

El desarrollo de las actividades de ciencia, tecnología e innovación comprende múltiples aristas y dinámicas que van desde los procesos de investigación científica o tecnológica, pero que no se restringen a la acción de investigar, es decir de indagar, documentar, probar, contrastar, experimentar o desarrollar teorías, modelos, metodologías, hechos, prototipos, taxonomías y un  extenso y valioso etc. 

Las labores de ciencia, tecnología e innovación presentan un mayor alcance, comprenden también actividades de gestión y desarrollo tecnológico, formación, divulgación, incubación de empresas de base tecnológica, emprendimiento e innovación, sea está científica, tecnológica, organizacional o social;  así como las actividades de transferencia y apropiación de tecnologías y conocimientos, vinculaciones técnicas externas, fomento de capacidades de CTI como la conformación de centros de I+D, unidades interfaz, spin-off, en el caso de las dos últimas  casi inexistentes o inoperantes en el país donde los esquemas tradicionales lo han restringido a los parques tecnológicos que a pesar de estar articuladas al campus o espacios académicos por excelencia presentan importantes limitaciones.

Como puede verse las actividades de CTI son más extensas que la investigación sea esta científica, tecnológica o social. Por ello preocupa que las orientaciones en torno a los usos de los recursos provenientes de la obligación derivada de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI) a dos meses de la reforma, parecen solo resumirse a la investigación (actividad que por demás resulta en mi criterio apasionada y valiosísima para el desarrollo de un país), corriendo el riesgo  de reducirse la LOCTI a una Ley de Investigación que entre otras cosas plantea la centralización de los recursos por el Estado; razón por la que surge la necesidad de recordar que la ley no es de investigación, sino de las actividades de ciencia, tecnología e innovación (CTI) que son más amplias y diversas que la sola labor de investigación per se.

Por otra parte las labores de CTI no tienen como único “locus” a la academia, que lógicamente tiene un peso específico, pero no el único. Las empresas, fundaciones, asociaciones civiles, centros de desarrollo tecnológico, Ong´s, tecnólogos, incluso profesionales independientes, consultores y estudiantes de post-grado, etc, además de las universidades, forman parte de esa masa crítica que conforma el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que sabemos resulta insuficiente para los desafíos y retos que el desarrollo país entrañan. 

Las actividades de CTI requiere la confluencia de diversidad de actores y no responder a un modelo que se replantea la configuración del complejo y dinámico ciclo de CTI a una relación Estado – Universidad - Sociedad, donde la Empresa no interviene como “locus” de este ciclo sino como financista. 

Por otra parte, que se minimice la existencia de empresas evasoras o que lamentablemente desvían la obligación LOCTI a otros fines distintos a procesos de vinculación con las universidades y centros de I+D, o a procesos de aprendizaje, gestión tecnológica y de innovación depende por una parte de la adecuada comprensión y compromiso empresarial con la CTI local, pero por otra parte depende y mucho de una adecuada gestión de fiscalización, esa misma que ha impedido a la fecha actual conocer ¿cuántas unidades de I+D empresariales, además de las académicas se conformaron, reactivaron o potenciaron entre los años 2005 -2010, producto de la LOCTI 2005?, o ¿cuántas y en qué áreas se incrementaron las vinculaciones técnicas externas de las universidades con el sector productivo?, o ¿cuántos cursos de postgrado, diplomados, o programas de actualización profesional incrementaron su matrícula producto de la inversión LOCTI?, ¿cuántos cursos técnicos incrementaron su demanda por ello, cuántos divisas se ahorro el país producto de las actividades de ingeniería, diseño y desarrollo tecnológico de componentes, equipos, partes y piezas local?, pese al incremento general de importaciones promovidas por el propio Estado en rubros alimenticios, agrícolas, manufactureros, etc por la incoherencia de políticas públicas soportadas en procesos de expropiación y desmantelamiento de capacidades, ajenas al espíritu y fines de la LOCTI.

O por el otro lado, ¿cuántas publicaciones se generaron con los aportes recibidos por las universidades en estos 5 años de la LOCTI 2005?, ¿cuántas investigaciones y en qué áreas contribuyeron con el desarrollo país?. 

En ninguno de los casos encontramos respuestas certeras, porque el regulador en el tema lastimosamente no ha cumplido su rol y para hacerlo requiere una vez más reestructurarse y concentrar los recursos, criterios de funcionamiento y evaluación,  además de la aprobación de a quien le otorga y a quien no, así como los tiempos en que implementará con absoluta discrecionalidad tales procedimientos, además de la rendición de cuentas hasta ahora inexistente, a pesar de contar con gente valiosa y con capacidad de proponer e implementar propuestas sensatas, pero que tienen en muchos casos marginada, saturada, subutilizada y desmotivada.