La revisión de tendencias mundiales y mejores prácticas en gestión de la innovación, evidencia tres pilares básicos hacia donde las economías desarrolladas y emergentes direccionan sus esfuerzos: el primero el capital humano; el segundo la ciencia y tecnología y el tercero la innovación empresarial y el emprendimiento. Por ello la mayor parte de los esfuerzos en países desarrollados, estan soportados en procesos de articulación y trabajo conjunto entre el sector empresarial, las universidades, centros de I&D, Ong´s y el Estado; expresados en la conformación de: a) Consorcios Tecnológicos, b) Programas de Emprendimiento socio-productivo e incubación de nuevas empresas de base tecnológica, c) Misiones de Innovación Empresarial, d) Creación de anillos de investigación en ciencias y tecnología, e) Programas de gestión tecnológica y de la innovación, f) Creación de Cátedras de Emprendedores en todas las carreras y Universidades; g) Implementación de concursos de fomento al patentamiento y su aplicación, g) Programas Internacionales de colaboración, h) Apoyo a la innovación social: en temas del medio ambiente, la tercera edad, el empleo, la pobreza, salud, i) Programas de actualización profesional y formación del capital humano, etc.
Hoy día esta más que sobreetendido que la innovación y con ella la mejora en la calidad de vida que esta ofrezca según el área en la que se enmarque; no será el resultado de un empresario solo que lidere todos los roles en las funciones de producción, calidad, mercadeo, administración o ventas en su empresa; o de un investigador solo en su laboratorio, o de un Estado que unilateralmente elabore leyes y decretos sin promover, estimular y articular capacidades sectoriales e intersectoriales de un país para ello. No obstante lo que es obvio, no siempre es entendido cuando la visión predominante en una sociedad es la de defender espacios y roles que imposibilitan el trabajo articulado, para lo cual es menester el reconocimiento de las capacidades del otro y el reconocimiento de la complementaridad que éste aporta a tus capacidades.
En este sentido me referiré para acotar, a la primera de ellas los consorcios tecnológicos. En el caso de los consorcios tecnológicos constituyen procesos de integración, articulación, complementariedad de recursos, aptitudes y capacidades entre empresas, universidades, centros de I&D, asociaciones, fundaciones y especialistas para generar investigación científica y tecnológica de vanguardia en conjunto con su aplicación simultánea y directa en la industria, o bien para acometer procesos de ingeniería de reversa, diseño y desarrollo, etc. Los Consorcios Tecnológicos Empresariales de Investigación e Innovación posibilitan ampliar el desarrollo productivo y económico de un país uniendo a diversos actores de una misma cadena productiva, sin que estos pierdan su independencia, persiguiendo fines comunes. Entendiendo que ellos permiten acuerdos que posibilitan concretar inversiones y llevar a cabo obras que, por separado, ninguna de las partes podrían ejecutar.
Lograr que empresas, universidades, fundaciones y centros tecnológicos formen alianzas para promover nuevos productos, patentar nuevos descubrimientos y la comercialización de los mismos, apalancadas en la generación de conocimiento en vías de mejorar la competitividad de un país, constituye el elemento diferenciador que ha posibilitado el desarrollo en diversas economías emergentes. Lógicamente ello implica la instrumentación de reglas claras, donde todas las partes ganen y no la defensa de espacios que imposibilita el trabajo articulado.
Implica la disposición de un grupo de empresas claves en una o varias cadenas productivas estratégicas a permitir y retroalimentar investigaciones aplicadas, así como la adopción, transferencia, comercialización y difusión de los resultados, además de permitir la formación e inserción de capital humano en cada una de sus áreas específicas, además de la participación de su capital humano en giras tecnológicas, workshop, etc, en lugar del rechazo por considerarlo una pérdida de tiempo o de recursos.
Y por otro lado la disposición de investigadores, académicos y especialistas a orientar su trabajo a dar respuestas a problemas de la industria con una visión país y de aplicación, y no solo como ejercicio intelectual que cierra con la preocupación entorno a en que revista nacional o internacional publicar y a que congreso internacional asistir subvencionado. Finalmente demanda de un Estado que este dispuesto a crear las condiciones país para promover procesos de articulación de capacidades y de estimulo a la innovación; en lugar de promover divisiones, defensa de espacios y exclusión entre sectores, que difícilmente posibiliten la innovación y el desarrollo.
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