En un mundo tan dinámico y cambiante, donde un mismo hecho revierte múltiples interpretaciones, miradas y visiones, soportadas casi siempre en el "background" y los sentimientos que nos acompañan, yo aquí plasmo las mías entre líneas, entendiendo que pudieran encontrar un sentido más allá del propio. En todo caso no es otra cosa que una mirada más... entre líneas.


sábado, 25 de septiembre de 2010

Innovar en Venezuela… algo más que un reto

Parte de mí día a día transcurre promoviendo, asesorando, orientando y sistematizando esfuerzo hacia la innovación en diversas empresas manufactureras y de servicios.  En ellas constato el tremendo esfuerzo que implica el mejorar y optimizar procesos productivos, fabriles, gerenciales, tecnológicos, organizativos y de formación del capital humano, en medio de un país que si bien cuenta irónicamente con una Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, de la noche a la mañana el marco jurídico vigente se ha vuelto significativamente hostil para todo aquel que ha emprendido una actividad productiva, crecido en tamaño y operaciones, hasta el punto de diversificarse y atender actividades conexas a su principal rezón de ser, resultando con el calificativo de oligarca, burgués y capitalista.  

Insolentes calificativos desconocen el esfuerzo que implica pasar de una pequeña escala productiva a una robusta y exitosa empresa en este país, donde ya solo el hecho de emprender y cubrir todos los trámites de registro y permisos implica sortear con éxito una pesada carga de burocracia, que no todos superan con éxito. No en vano Venezuela está ubicada en el Ranking global de facilidad para hacer negocios en el puesto 172 de un total de 178 países.

Si a está ya titánica labor le sumamos por un lado: los múltiples riesgos que implica generar oportunidades de empleo productivo, con el marco legal altamente impositivo y el frágil estado de derecho; y por el otro la nada sencilla tarea de acceder a las escasas materias primas y divisas que posibiliten la transformación de “commodity” en productos o bienes de mayor valor agregado “nacional”.


Todo ello en el marco de procesos de aprendizaje tecnológico, gestión de conocimiento, planificación estratégica, aseguramiento de la calidad, entre otros; encontramos que los emprendedores- empresarios no solo deben ser reconocidos y premiados en este país, por la hazaña  que implica ya solo el mantener operativa  y solvente la estructura de costos de una organización productiva, sino más aún por hecho de innovar a fin de tratar de alcanzar alguna ventaja competitiva a pesar de las obsolescencias de tecnologías, la competencia desleal de productos importados vía contrabando, la ausencia de incentivos económicos  y las prácticas de expropiación e invasiones, entre otras.

Entender que un país solo progresa en la medida  en que cuente con un aparato industrial y de servicios sólido, competitivo, innovador, responsable con su entorno y trabajadores, es una labor aún pendiente para Venezuela. 

El estimular el emprendimiento productivo, donde pequeñas ideas puedan generar pequeñas empresas y estas crecer y evolucionar en medianas y grandes iniciativas innovadoras privadas, integrándose a “clúster” o cadenas productivos ya existentes o por conformarse es la principal vía para alcanzar el tan ansiado estado de desarrollo de este país. 

Ello demanda una visión de país orientada a dicho objetivo, donde las políticas públicas de formación desde la educación básica hasta la universitaria estimule el emprendimiento, en sintonía con políticas públicas en materia industrial, científica, de innovación y tecnología, además de una equilibrada política micro y macroeconómica, hoy inexistentes.

3 comentarios:

Salomón Rivero López dijo...

Hola, Yajaira!! Excelente blog y excelentes tus ideas... Ya lo apunto para referenciar tus posts

Abraham dijo...

Yaja, como comentario quería comentar que innovar requiere de tres aristas fundamentales, aunque desafortunadas para muchos: 1) Capital humano y sus redes de formación, es decir, Masa crítica especializada 2) Tejido institucional para la innovación (O el famoso "Sistema Nacional de Innovación": Universidades y Centros de I&D) y 3) Capital monetario, redes de financiamiento o dicho de manera pragmática: "capitales de riesgo".

Sobre este último aspecto quería destacar que no existe en Venezuela instituciones financieras que apoyen la innovación mediante capitales de riesgo (De forma pragmática, constante, sostenible, sustentable). En lo que he revisado sólo Chile, Argentina, Brasil y tímidamente México, hacen algún esfuerzo en esta dirección.

Sin capital de riesgo (o figura equivalente) jamás habrá innovación, quizás hayan buenas ideas, o invenciones, inventores, imaginarios, creadores, pero jamás, jamás habrá "innovación". Ya que las cadenas de valor de la innovación deben terminar su ciclo en el mercado, no en la academia, como muchos creen.

Usar el término INNOVACION como sinónimo de INVENCIÓN ha hecho que se distorsione su sentido y se diluya el verdadero potencial. Por ejemplo "Innovacion social" es un absurdo cuando no se generan productos comercializables, peor "Innovación institucional" porque aunque intervengas y hagas cambios en las institituciones, eso no te garantiza la colocación exitosa de productos en el mercado.

Es decir, la innovación debe pasar necesariamente por el MARKETING, pero en un Estado del siglo 21, que no comprende/acepta estos términos, dudo mucho que se logre innovar como tal. Peor aún, y volviendo al tema del financiamiento, si un Estado del siglo 21 no entiendo que la innovación es un NEGOCIO y que para ello se requiere invertir DOLARES, pues jamás habrá innovación.

Abraham

Unknown dijo...

Yajaira con este tema me hiciste recordar a una buena amiga que durante todo el curso de la carrera se dedicó a dejar sin respuesta a sus profesores cuando les preguntaban que por qué en este país solo formaban "trabajadores de.." en vez de formar "EMPRESARIOS".Creo que un feroz enemigo de la innovación son los paradigmas que nos inculcan desde niños, nos enseñan que solo debemos llegar a ese Punto de Confort en donde cualquier idea que represente un cambio o salida de ese punto nos asusta y la respuesta inmediata es el rechazo...
Quizas sea una idea algo romantica pero independientemente de todos los obstaculos que se presenten, si estamos abiertos al menos a evaluar las INNOVACIONES podríamos llegar muy lejos